En los instrumentos de viento, el aire lo decide todo. De él depende la calidad de sonido, e incluso la musicalidad de lo que toquemos. Un aire de buena calidad permite que se comunique nuestro mensaje, la idea artística.
Si es tan importante, ¿cómo hacemos para administrarlo?
Puede haber muchas explicaciones, que aunque sean correctas, se vuelven muy complicadas. Básicamente, cuando aspiramos nuestro aire, debemos hacer que llegue hasta la zona abdominal, baja, al nivel por debajo del ombligo. Una respiración profunda de verdad no implica que haya trabajo en el pecho, y mucho menos en los hombros o la garganta. Todo este proceso puede ser un poco difícil de controlar. A veces creemos que sí lo estamos logrando, pero la verdad es que no permitimos que el aire llegue hasta el abdomen bajo. La mejor forma de trabajarlo haciendo ejercicios de respiración mirándonos al espejo. Eso nunca falla. Por cierto, estos ejercicios son para hacerlos lento, cuidando los detalles, sin perder la relajación del cuerpo. Hasta aquí lo que tiene que ver con tomar el aire.
Expulsar el aire es otro cuento. Para hacerlo, se debe controlar la salida del aire exclusivamente con los músculos del abdomen. Los músculos de la boca y la garganta sirven para hacer ajustes, cierto, pero el trabajo más intenso es con la zona abdominal (de estos ajustes hablaré en otro momento). Incluso el fraseo es un trabajo de este grupo de músculos. Incluso, en el clarinete y en el saxofón se le debe dar las características necesarias al aire (muy delgado y muy rápido) desde el abdomen. Si el aire llega a la garganta o a la boca sin control, habrá muchos problemas de afinación, e incluso físicos, como maltratarse los labios a veces hasta romperlos.
Ahora bien, una vez que logramos tocar a un volumen mezzoforte en el registro medio del instrumento con control, con el sonido deseado, ese será nuestro punto de referencia. A partir de ahí, la relación es la siguiente:
- Para tocar más forte, necesitamos más aire, pero la velocidad es un poco más lenta.
- Para tocar más piano, necesitamos menos aire, pero la velocidad es más rápida.
- Para ir hacia el registro grave, necesitamos más aire que debe ir más lento.
- Para ir hacia el registro agudo, necesitamos menos aire que debe ir más rápido.
La representación gráfica de lo anterior es esta:

La idea de tocar todo el tiempo relajados no es del todo correcta. Sí se requiere la firmeza muscular, sobre todo en el abdomen, para manejar el aire, y por ende el sonido. Esta firmeza también cambia dependiendo del volumen y del registro. Hay que lograr es el balance necesario de fuerzas, y ahí reside todo el arte de tocar un instrumento: hacer solo los esfuerzos necesarios, y nada más.
Espero que este artículo les ayude mucho. Claro, todo lo que está aquí «se dice más fácil de lo que se hace», pero en síntesis es todo lo relacionado con el manejo del aire, al menos en el clarinete y en el sax. Igual si hay por ahí alguien que toque instrumento de metal con boquilla, puede probarlo. Me cuentan cómo les va.
¡Éxitos en sus prácticas!